Estrella: niña abandonada por los dioses.
Nunca olvides que, si aún brillas
frente a las ventanas…
en todas nuestras amarillas tardes;
encima del tráfico para volver a casa
o encima de todo tipo de cadáver,
es para iluminar los vacíos
de los hombres,
empezando por el tuyo.
Sí.
Esa es tu potestad,
hija de negras madres.
Y por eso eres perfecta:
no necesitas de nadie.
Ni del dinero: asesino de almas.
Ni de ser otra cosa.
Ni la digital muerte.
Ni llegar a ningún lugar.
2025
Enferma Madre Tierra:
escupe las semillas.
Sí.
Pero no fue tu culpa ni la mía.
Es que el tiempo
está poblado de huidas.
Así que somos
falsas aves
en jaulas de soledad.
Sí.
Entonces, ya sabes
que el amor
no es más que
una tibia evasión…
una muerte postergada.
¿Qué estás esperando?
¡Tócame con los dedos de la noche!
2025
Besar los labios de los días...
recorrer sus territorios
con pasos de palabra,
asesinando al silencio.
Sí.
Oler la piel
de cada estrella
que me encuentre
y sonreír en el acto.
Acariciar a un gato,
todas las mañanas,
en estricto silencio.
Sí.
Amo ver
el alivio de los niños.
2025
Si me mutilan el tiempo,
me arrancaré el celular de la mano
y de la consciencia,
y haré mis besos de tardes enteras,
amarillas,
hasta parir una historia.
Sí.
Y si me extirpan mi historia,
me sacaré los ojos de hombre,
hasta que vea otra vez a mi niño
frente al espejo
y sonría
cada amanecer.
Sí.
Si se atreven a secarme el amor,
como hacen con los ríos,
te humedeceré el abandono
con mis labios…
Mejor aún:
Sólo con estar ahí.
Y luego tendré paciencia.
2025